viernes, 24 de diciembre de 2010

Por supuesto, los autógrafos de puño y letra de cualquiera de los Beatles a la vista tienen un poder magnético único. Pero no faltan otros objetos maravillosos, cargados con buena parte de la energía de su historia. Entre ellos, un pedazo del escenario del Star Club de Hamburgo, Alemania, donde la banda tocó antes de alcanzar la fama mundial; una baldosa del antiguo orfanato Strawberry Fields, que sirvió de inspiración para una de las canciones legendarias del conjunto, y hasta un ladrillo del pub The Cavern original. “Lo que más me costó conseguir es la baldosa de Strawberry Fields; y el más caro, no lo sé, hay colecciones de figuritas que cuestan mucho dinero, algunos discos también, autógrafos, cheques firmados por Harrison o Ringo…”

El primer museo de los Beatles en Latinoamérica está en Buenos Aires