lunes, 24 de enero de 2011


“Me cuesta pensarme en otros tipos de inserción más allá de lo que escribo. Yo no tengo mucha relación con nadie”, dice con cierto aire risueño y algún eco de confesión y de culpa. “Puede sonar un poco estúpido, pero es la verdad: soy tímido y no trabo muchas relaciones con la gente. Tampoco cuando hacía periodismo deportivo o cuando trabajaba en inmobiliarias”, dice. “Tal vez es porque me acuesto temprano y la gente hace esas cosas de noche tarde, no lo sé.” La literatura, en todo caso, parece ser para Kohan una red casi absoluta. “Mis intervenciones a partir de los textos me interesan; distinto es el compromiso personal, me cuesta muchísimo porque requiere algunas virtudes de las que carezco. Por ejemplo: la capacidad de relacionarme personalmente.”

Martín Kohan: el pasado político como materia de creación