domingo, 1 de mayo de 2011

La boda real es una de esas cuerdas sensibles que muy de vez en cuando vibran no sólo en el pueblo inglés, sino en toda una comunidad de espectadores globales. Entre el desborde amarillista para la plebe universal y las fantasías de redención azul que experimentan por estos días las monarquías europeas, hay al menos un artista que se aseguró antes que nadie un lugar fuera de la lista de invitados. Claro que Martin Amis (Gales, 1949), uno de los escritores más influyentes de su generación, no es tampoco la clase de invitado que ninguna realeza querría tener cerca ahora.

Martin Amis contra la nobleza británica