jueves, 26 de mayo de 2011

¿Una perspectiva? La certeza (desoladora, incontestable) de que “un mundo que fenece no deja tras de sí un heredero sino una viuda embarazada”.

¿El resultado? Una novela que –como Michel Houellebecq en Ampliación del campo de batalla o Las partículas elementales, por mencionar un contemporáneo del peso de Amis– explora con crudeza no sólo el devenir presente de una era que pretendió cambiar las sensibilidades universales para siempre, reescribiendo sus códigos amorosos y sexuales, sino que también se detiene en la lectura inteligente de sus vestigios actuales, a la manera de un historiador lúcido y cargado de ideas.

¿Qué es finalmente aquello que para Amis transita sus últimas etapas, cuales “viudas embarazadas”? Es una excelente pregunta a tener en cuenta antes de comenzar a leer, aunque sin dudas podrán rastrearse, en principio, la literatura sentimental en sí misma –por supuesto–, pero también el amor libre, el juvenilismo, el feminismo y, por qué no, esa suma azarosa de peripecias individualistas que podríamos llamar “la vida moderna”.

Reescritura de los códigos amorosos