martes, 12 de abril de 2011


Al otro lado de la melancolía, el humor de David Lodge. La Argentina tiene una aparición fugaz en su última novela, La vida en sordina (2007). Es el 7 de julio de 2005 en Londres, cuando un ataque terrorista paraliza el sistema de transporte público. "No había pánico en las calles, sino el estado de ánimo estoico y flemático de cuando los bombardeos alemanes." Es hora pico y la ciudad está vacía. A la vista sólo queda el miedo colectivo y un profesor jubilado, al borde de la sordera, para quien el plan original de visitar a su padre anciano se vuelve imposible. Lodge encarrila ese cuadro de desolación sobre una de las vías que su literatura sostiene con más habilidad: el vitalismo.

La Argentina, país imaginado