lunes, 7 de febrero de 2011

Si bien es cierto que en Honduras y Ecuador ha habido coletazos en una versión estrictamente televisiva, la versión egipcia del asunto es intrínsecamente importante desde el momento en que demuestra hasta qué punto la web se ha vuelto no solo un campo infinito de negocios y creatividad, sino también una plataforma vital –y no olvidemos la muerte como parte de toda vida– para el Poder.

Un análisis no demasiado brillante del conflicto podría arrojar las siguientes conclusiones. Desglosarlas aquí y ahora, por supuesto, no tiene otra causa que advertir al Poder, que no suele ser demasiado brillante, acerca de los modos cada vez más veloces y masivos que tiene de ser desmontado allí donde esté.